Implantes dentales

La implantología oral es el área de la Odontología que se encarga de la rehabilitación dental debida a la pérdida dentaria, con el objetivo principal de recuperar la estética y funcionalidad de la cavidad oral.

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Preguntas frecuentes

La implantología oral es el área de la Odontología que se encarga de la rehabilitación dental debida a la pérdida dentaria, con el objetivo principal de recuperar la estética y funcionalidad de la cavidad oral.

Los implantes dentales se colocan en el tejido óseo con la intención de sustituir los dientes perdidos. La mayoría de los implantes dentales están compuestos de titanio o de zirconio, ya que son materiales biocompatibles que se unen al hueso física y químicamente durante el proceso de osteointegración y, además, son resistentes y duraderos. Es muy importante que tras la colocación se lleven los cuidados de los implantes dentales pertinentes.

Según el caso particular de cada paciente, los procedimientos que existen para reemplazar los dientes perdidos son los siguientes:

  • Dientes artificiales fijos, que están ubicados sobre el propio implante y no pueden extraerse.
  • Prótesis dentales atornilladas en implantes, que solo pueden retirarse por el dentista si desea controlar o higienizar su estructura.
  • Prótesis dentales removibles, que se unen a los implantes dentales para aportar una mayor retención y estabilidad, pero pueden removerse si el paciente lo desea.

Un implante dental está compuesto por dos elementos que se fijan a la mandíbula del paciente por medio de una intervención quirúrgica: la prótesis y la corona. En determinadas ocasiones existe una pieza intermedia entre ambas estructuras.

Es esencial que el profesional explique detalladamente al paciente cuáles son las técnicas utilizadas en el tratamiento de implantes dentales y qué cuidados conlleva el postoperatorio.

Antes de colocar un implante, es fundamental conocer la forma, calidad y dimensiones del hueso donde se alojarán. Por eso, la primera fase es la de diagnóstico y plan de tratamiento. En esta etapa, se evalúa el estado de la cavidad oral del paciente.

 

Para escoger con precisión el mejor tipo de implante, es necesario realizar pruebas radiológicas que informen detalladamente sobre el hueso disponible. En caso de que el paciente no tuviera soporte óseo suficiente para alojar el implante, se puede optar por una cirugía de regeneración ósea.

 

Una vez escogido el tipo de implante, la segunda fase consiste en el acto quirúrgico de colocación del implante bajo anestesia local. Una vez finalizada la intervención, se dispone una prótesis temporal mientras transcurre el periodo de osteointegración, que puede durar de 3 a 6 meses dependiendo del caso y de la localización del implante. Para saber si el implante se ha integrado de forma estable y duradera en el hueso, el dentista realiza radiografías de control.

 

En la última etapa, llamada fase protésica, se toman impresiones para confeccionar el molde que permite realizar la prótesis a medida y se llevan a cabo varias pruebas de ajuste antes de la colocación final.

 

En caso de que el paciente haya perdido varios dientes, la rehabilitación se realiza con puentes soportados por implantes. El proceso es similar al anterior, a excepción de que el puente repone los dientes intermedios.

 

Si el paciente sigue correctamente las indicaciones del dentista, el postoperatorio no debe suponer complicación alguna. Para la colocación de la prótesis definitiva sobre el implante es necesario esperar unos meses, sin contar el periodo de cicatrización y la retirada de los puntos de sutura.

 

Los principales cuidados de los implantes dentales después de la intervención son los siguientes:

  • Si persiste el sangrado de la herida, se puede colocar una gasa seca en la zona, presionando durante unos 20 minutos. Si la pérdida de sangre continúa, se sustituye por otra gasa limpia siguiendo el mismo procedimiento.
  • No ingerir alimentos hasta que el efecto de la anestesia haya desaparecido por completo, que suele ser entre 4 y 6 horas después de la intervención quirúrgica. Durante los primeros días, es conveniente seguir una dieta blanda con alimentos a temperatura ambiente.
  • De manera casi inmediata la zona del implante dental se inflama. Para reducir la molestia se puede aplicar frío desde el exterior de la cavidad oral y utilizar analgésicos o antiinflamatorios, siguiendo las indicaciones del dentista.
  • Evitar el tabaco y el alcohol, ya que éste es uno de los factores de riesgo más significativos que puede provocar el fracaso del implante dental.
  • Mantener una rutina de higiene oral estricta y adecuada, utilizando un cepillo ultrasuave quirúrgico. El día posterior a la intervención pueden hacerse enjuagues de forma suave con agua tibia y sal o con colutorios que contengan clorhexidina (bajo prescripción del dentista).
  • A la hora de dormir, mantener la cabeza a un nivel más elevado que el resto del cuerpo.
  • No realizar esfuerzos físicos durante la semana posterior a la cirugía.
  • Elevación de seno maxilar 

 

La elevación de seno maxilar es una técnica quirúrgica que se lleva a cabo en Implantología dental en pacientes que no cuentan con suficiente hueso.

Así, permite la colocación de implantes en personas que no disponen de suficiente volumen y altura ósea en la zona posterior del maxilar superior.

 

Este procedimiento permite, por tanto, aumentar verticalmente la cantidad de hueso disponible.

 

Se trata de un tratamiento muy efectivo cuando el paciente, por el motivo que sea, ha experimentado una pérdida ósea drástica que impide la correcta sujeción de los implantes.

 

De esta manera, la técnica posibilita la reposición de piezas dentales en personas que, de otra manera, no podrían someterse a una cirugía de implantes.

Asimismo, refuerza la efectividad de los tornillos de titanio en la zona posterior del maxilar superior, que es el área en el que se concentran la mayor parte de los fracasos.

Ya sea por falta de ganas o por miedo a someternos a una operación quirúrgica, como es la colocación de implantes dentales, a veces posponemos tratamientos dentales.

 

Aunque la colocación de implantes sea una cirugía oral muy frecuente, las personas que se van a someter a ella manifiestan una serie de preocupaciones.

 

Por ejemplo, es frecuente que los pacientes tengan muchas dudas acerca de los riesgos o complicaciones que puede conllevar dicho procedimiento.

 

Además, cuando hemos perdido una pieza dental, es posible que tardemos mucho tiempo en advertir los problemas que conlleva esta falta.

 

Aparte de los problemas relacionados con la oclusión, el hecho de que no tengamos uno o varios dientes va de la mano de la pérdida de masa ósea maxilar.

 

Esto se debe a que el hueso alveolar deja de recibir el estímulo propio de la pieza dental, por lo que comienza a perder su altura y grosor.

 

Si se da este caso, llegado el momento de colocar el implante nos encontramos con que no es posible asegurar su adecuada sujeción porque no hay la suficiente cantidad de hueso.

 

Por este motivo, los dentistas recomendamos no posponer el tratamiento dental cuando es necesario.

Cuanto antes se ponga remedio al problema, más sencillo, rápido y barato será solucionarlo.

 

Afortunadamente, existen técnicas que consiguen la regeneración del hueso dental para hacer posible la inserción del implante.

Pero si la zona en la que falta la superficie ósea se corresponde con la ubicación del seno, es necesario realizar la elevación de seno maxilar.